viernes, 23 de julio de 2010

Instrucciones para elegir en un picado

UNA REALIDAD NO SOLO FUTBOLERA, SINO DE CUALQUIER DEPORTE, QUE ALEJANDRO DOLINA CONVIRTIÓ EN PROSA. LUEGO DE LEERLA, PREGUNTATE SI ALGUNA VEZ TE OCURRIÓ, ESTOY SEGURO QUE SÍ...

Cuando un grupo de amigos no enrolados en ningún equipo se reunen para jugar, tiene lugar una emocionante ceremonia destinada a establecer quienes integrarán los dos bandos. Generalmente dos jugadores se enfrentan en un sorteo o pisada y luego cada uno de ellos elige alternadamente a sus futuros compañeros.Se supone que los mas diestros serán elegidos en los primeros turnos, quedando para el final los troncos. Pocos han reparado en el contenido dramático de estos lances. El hombre que está esperando ser elegido vive una situación que rara vez se da en la vida. Sabrá de un modo brutal y exacto en qué medida lo aceptan o lo rechazan. Sin eufemismos, conocerá su verdadera posición en el grupo.A lo largo de los años, muchos futbolistas advertirán su decadencia, conforme su elección sea cada vez más demorada.Manuel Mandeb, que casi siempre oficiaba de elector, observó que sus decisiones no siempre recaían sobre los más hábiles. En un principio se creyó poseedor de vaya a saber qué sutilezas de orden técnico, que le hacían preferir compañeros que reunían ciertas cualidades. Pero un día comprendió que lo que en verdad deseaba, era jugar con sus amigos mas queridos. Por eso elegía a los que estaban mas cerca de su corazón, aunque no fueran tan capaces. El criterio de Mandeb parece apenas sentimental, pero es también estratégico. Uno juega mejor con sus amigos. Ellos serán generosos, lo ayudaran, lo comprenderán, lo alentaran y lo perdonaran. Un equipo de hombres que se respetan y se quieren es invencible, y si no lo es, mas vale compartir la derrota con los amigos, que la victoria con los extraños o los indeseables.

miércoles, 21 de julio de 2010

Elegir un camino y seguirlo...




No solo ganando se da el ejemplo.
Para el Sr. Del Bosque, el trabajo en silencio y la humildad son lo más importante.

Mientras España entera festeja y delira, él está ahí, en su mundo. Las millones de personas que coparon las calles del país celebrando un triunfo inmenso no le quitaron la mesura ni la tranquilidad. Y, aunque sabe que entró en la historia del fútbol español, no se desvela ni un poco. El entrenador de España, Vicente Del Bosque, hace culto de la sencillez en las palabras y actitudes, y no lo cambia. Ni aunque se trate de los días más felices y eufóricos en mucho tiempo de un país sumido por una crisis económica.

"No hay una clave para el éxito. Muchas veces habrá gente que trabajará bien y no lo tenga. Afortunadamente, nosotros sí lo tuvimos. Siempre hay que ser ejemplo, no sólo ganando, porque muchas veces no se logra". Por eso, rápido y fiel a su estilo, bajó la euforia mundialista del cielo a la tierra: "El éxito, en el fútbol y en la vida, es muy pasajero. Hay que relativizar las cosas, sólo son futbolistas y yo un entrenador".
Reacio a los elogios, Del Bosque, reconoce que no es "muy teatrero" y que prefiere "mantener calma" cuando llueven las flores. Porque, como reconoce, el fútbol es tan sólo un deporte. Aunque lo que sí debe disfrutar el ex DT del Madrid es saber que la bandera de la humildad y talento llevaron a él y a sus jugadores a ser una marca registrada del fútbol mundial.

"Elegir un camino y seguirlo" es una frase que escuché de este entrenador y me parece que no solo le cabe al fútbol y al deporte, sino a la vida. Ojalá la gran mayoría de las personas tomen el camino de la sencillez, humildad, solidaridad y bienestar comun.

Mandela: historias para imitar.


Es "su" día. Y no sólo porque sea su cumpleaños. 92 para ser exactos. Es "su" día porque el domingo que viene se celebra el "Mandela Day" en todo el mundo. O el "Día de Mandela", una iniciativa que se festeja por segunda vez en la historia y tiene en 2010 el aval de Naciones Unidas.

En noviembre del año pasado, la Asamblea General aprobó una resolución que declaró al 18 de julio como el "Día de Mandela" en todo el mundo. En Sudáfrica, su fundación y otras ongs lanzaron la campaña "67 minutes" para pedirle a la gente un regalo especial para el ex presidente: 67 minutos de su vida, uno por cada año de servicio y lucha que Mandela dedicó a la lucha por los derechos humanos.
"Puede ser el Día de Mandela, la semana de Mandela, el mes de Mandela. No importa. Lo que queremos es que la gente se junte y colabore. Mabiba le ha dado al mundo 67 años de su vida y es hora de retribuirle", dice Kimberly Porteus, directora ejecutiva del Nelson Mandela Intitute for Education.
Nomsa Mazwai es artista, cantante, escritora, poeta. Pero sobre todo es la dueña de una energía que estalla en la piel. Colabora con el llamado del Mandela Day y explica:

"Queremos que la gente salga a las calles y ayude a pintar, arreglar y limpiar las escuelas. Esa es la primera forma de colaborar, pero proponemos otras: fabricar y juntar juguetes. Queremos lindos juguetes para nuestros colegios. Donar nuestro libro preferido. ¿Por qué donamos los peores libros? Si a nosotros no nos gustaron, a los demás seguramente tampoco. Así que regalemos la historia que más nos haya gustado", se entusiasma Nomsa.
"Si uno no tiene dinero para comprar un libro y donarlo, le pedimos que escriba uno. No tiene que ser largo ni rebuscado. Siempre hay historias para contar. A escribirlas, dibujarlas, pintarlas", pide. Y para los que no se animen les sugiere: "Léanle a un niño ese día o cuéntele una historia. Que nadie se quede afuera".
Libros, juguetes, tiempo. No importa qué ni cómo. Solo arremangarse y ayudar. Donar unos cuántos minutos del día y de la vida a una causa noble. La que sea, de dónde sea. Y darle así el mejor regalo posible a Nelson Mandela.

¿Por qué el mundo se volvió individualista?

PARA TODOS LOS AMIGOS

“Soñé que asistía a mi propio entierro, a pie, caminando entre un grupo de amigos vestidos de luto solemne, pero con un ánimo de fiesta. Todos parecíamos dichosos de estar juntos. Y yo más que nadie, por aquella grata oportunidad que me daba la muerte para estar con mis amigos de América Latina, los más antiguos, los más queridos, los que no veía desde hacía más tiempo. Al final de la cere­monia, cuando empezaron a irse, yo intenté acompañarlos, pero uno de ellos me hizo ver con una severidad terminante que para mí se había acabado la fiesta. «Eres el único que no puede irse», me dijo. Sólo entonces comprendí que morir es no estar nun­ca más con los amigos”

GABRIEL GARCÍA MARQUEZ

lunes, 12 de julio de 2010