miércoles, 21 de julio de 2010

Mandela: historias para imitar.


Es "su" día. Y no sólo porque sea su cumpleaños. 92 para ser exactos. Es "su" día porque el domingo que viene se celebra el "Mandela Day" en todo el mundo. O el "Día de Mandela", una iniciativa que se festeja por segunda vez en la historia y tiene en 2010 el aval de Naciones Unidas.

En noviembre del año pasado, la Asamblea General aprobó una resolución que declaró al 18 de julio como el "Día de Mandela" en todo el mundo. En Sudáfrica, su fundación y otras ongs lanzaron la campaña "67 minutes" para pedirle a la gente un regalo especial para el ex presidente: 67 minutos de su vida, uno por cada año de servicio y lucha que Mandela dedicó a la lucha por los derechos humanos.
"Puede ser el Día de Mandela, la semana de Mandela, el mes de Mandela. No importa. Lo que queremos es que la gente se junte y colabore. Mabiba le ha dado al mundo 67 años de su vida y es hora de retribuirle", dice Kimberly Porteus, directora ejecutiva del Nelson Mandela Intitute for Education.
Nomsa Mazwai es artista, cantante, escritora, poeta. Pero sobre todo es la dueña de una energía que estalla en la piel. Colabora con el llamado del Mandela Day y explica:

"Queremos que la gente salga a las calles y ayude a pintar, arreglar y limpiar las escuelas. Esa es la primera forma de colaborar, pero proponemos otras: fabricar y juntar juguetes. Queremos lindos juguetes para nuestros colegios. Donar nuestro libro preferido. ¿Por qué donamos los peores libros? Si a nosotros no nos gustaron, a los demás seguramente tampoco. Así que regalemos la historia que más nos haya gustado", se entusiasma Nomsa.
"Si uno no tiene dinero para comprar un libro y donarlo, le pedimos que escriba uno. No tiene que ser largo ni rebuscado. Siempre hay historias para contar. A escribirlas, dibujarlas, pintarlas", pide. Y para los que no se animen les sugiere: "Léanle a un niño ese día o cuéntele una historia. Que nadie se quede afuera".
Libros, juguetes, tiempo. No importa qué ni cómo. Solo arremangarse y ayudar. Donar unos cuántos minutos del día y de la vida a una causa noble. La que sea, de dónde sea. Y darle así el mejor regalo posible a Nelson Mandela.

¿Por qué el mundo se volvió individualista?

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